Y este año es especial por que en el camino está la Virgen, acompañada de los peregrinos en su vuelta a la Ermita.
Lento andar, vítores, cantes y bailes, trajes de faralaes, carretas y caballos forman un gran cortejo en el que como se ha dicho esta mañana en la misa de romeros: Ella llena nuestros corazones.
Segundo año que acompaño al cortejo en su salida y en el que intento reflejar mis inquietudes, son imágenes muy personales, sin buscar nada en particular y sin dejar de fotografiar ese instante que pasa por delante de mis ojos. He buscado la luz en la noche por las calles de Villamartín y el primer alba del día junto a Ella.
Yo me quede en el puente, donde cambia el asfalto por la tierra. El camino será para otro año.
Gracias a todos.
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